Conclusiones de un estudio realizado en Alemania
Durante las últimas décadas, es posible que hayas observado cómo los conejos se han "esfumado" de tu coto mientras que se han ido haciendo abundantes en medianas de autopistas y vías del tren (precisamente donde no se les puede cazar en mano). En algunos países, esta "colonización" ha llegado incluso a las casas y apartamentos, en los que el lagomorfo ha encontrado un lugar "idóneo" para vivir y reproducirse. Como todos sabemos, el conejo es un animal social que vive en colonias y nos preguntamos, ¿cómo afectan estos nuevos asentamientos a su organización social?, ¿por qué los conejos prefieren estos entornos más humanizados?
Un trabajo reciente firmado por Ziege y colaboradores, en Alemania, estudió la organización social y las huras en entornos rurales, sub-rurales y urbanos en Frankfurt y sus cercanías (recordemos que Frankfurt es una de las ciudades más grandes de Alemania).
Los autores encontraron que la densidad de huras (número de huras por hectárea), se incrementó según se iba de entornos rurales a urbanos, siendo más pequeñas y sencillas según se acercaban a las ciudades. El número de conejos por hura se redujo en las urbanas frente a las sub-rurales y rurales. Los autores no tuvieron claro si el grado de urbanización en los entornos en los que los conejos se asientan es determinante para que las huras sean más pequeñas y sencillas (o al revés). Pero lo que sí tuvieron más claro es que los entornos rurales ofrecen entornos más heterogéneos y diversos que los rurales, por desgracia cada vez más monótonos por la transformación del paisajes y la agricultura intensiva.
De nuevo, un trabajo científico nos muestra el problema y a su vez la solución para la recuperación del conejo de monte: ¡un hábitat más diverso y heterogéneo, por favor!
Referencia del artículo
Ziege, M., Brix, M., Schulze, M., Seidemann, A., Straskraba, S., Wenninger, S., ... & Plath, M. (2015). From multifamily residences to studio apartments: shifts in burrow structures of European rabbits along a rural‐to‐urban gradient. Journal of Zoology, 295(4), 286-293.
FUENTE: CIENCIA Y CAZA