miércoles, 23 de septiembre de 2015

La caza del conejo de monte en Galicia y su futuro (Parte 2)

El futuro del conejo de monte pasa por la preservación de nuestro conejo autóctono, es el propio conejo el que nos tiene que decir si tiene, con la situación actual, la capacidad para sobreponerse a los nuevos retos. En él esta la clave para su recuperación.

El conejo tiene una estrategia de supervivencia, como especie, llamada en “r”. Esto significa que para sobrevivir la especie esta preparada para reproducirse con la mayor rapidez y eficiencia posible, para asumir unas grandes mortalidades como consecuencia de ser una de las especies claves en la base de la cadena trófica, de la rica biodiversidad de la Península Ibérica. Podemos encontrar unas cuarenta especies que la incluyen como presa en su dieta, e incluso algunas de ellas están estrechamente ligadas a la presencia de sus poblaciones.

La especie es originaria de la Península, y es históricamente una de las señas de identidad de nuestra querida “Hispania”. Además es la única especie que fue domesticada en Europa.

En unas condiciones adecuadas una especie con esa estrategia de supervivencia es capaz de sobreponerse a adversidades como las enfermedades víricas.

Si nos fijamos en la evolución de las poblaciones de conejos y su capacidad para irse recuperando primero a la mixomatosis y luego a la neumonía hemorrágico vírica ha ido disminuyendo.

En la medida que se han ido transformado en Galicia nuestro medio ambiente con los profundos cambios sufridos con las políticas agrarias y forestales, en la medida que ha ido desapareciendo nuestra agricultura tradicional y se han ido reforestando nuestros campos con especies poco favorables para los conejos, sus poblaciones han ido retrocediendo paulatinamente y mermándose su capacidad para recuperarse del impacto que supone la aparición de las nuevas pandemias.

Este retroceso también guarda relación con la perdida de miles de pequeñas explotaciones agrarias y a la despoblación de nuestros núcleos rurales y su envejecimiento.

Las administraciones no ha sido capaces de conservar nuestras estructuras agrarias tradicionales dándole un marco legal que permitiera y siguiera dando sentido a su existencia. Pero no solo han desaparecido nuestras explotaciones agrarias sino que también se ido perdiendo o llevando al borde de la desaparición muchas de nuestras especies animales domesticas autóctonas, muchas de nuestras semillas y vegetales que tradicionalmente se usaban en nuestros campos. Que también forma parte de nuestro patrimonio natural.

Pondré dos ejemplos muy gráficos de cómo lo único que legalmente parece carecer de sentido en nuestros pueblos es lo que simplemente existió toda la vida.
No hace mucho que veíamos en la prensa y en la televisión, en Galicia, como un ganadero era denunciado por el Ayuntamiento de Santiago por que sus vacas cagaban en una pista de la parcelaria mientras iban de camino a los prados.

Como puede una administración gastar tanto tiempo y millones en hacer toda una concentración parcelaria y después otra sancionar a un habitante de esa zona agraria, que vive del campo, por hacer lo que toda la vida hizo ir a los prados por los caminos y pistas del rural, las vacas toda la vida cagaron por el camino….. o es que a día de hoy tienen que ir con pañales…

El otro ejemplo muy gráfico es del agricultor al que le llegan unos vecinos de la ciudad y acaba teniendo que sacar todos los animales que su familia tuvo en casa generación tras generación. Por cosas tan estúpidas como que las gallinas cantan, o los dos cerdos que tiene para su autoconsumo huelen....nadie se paró a pensar que a lo mejor simplemente el hombre nunca pidió la licencia municipal porque las cuadras ya estaban allí antes de tanta normativa. Es mas, solían estar dentro de las casas para proporcionar calor a sus habitantes.

Mucha de la normativa existente esta más orientada a las grandes explotaciones y poco a regularizar la situación de una agricultura orientada al autoconsumo.

Los excedentes agrarios eran vendidos en los mercados locales. Además muchos mercados tradicionales de ganado que se celebraban periódicamente se han perdido y eso también forma parte de nuestra cultura, el día de mercado era toda una celebración y un punto de encuentro formaba parte de la vida social de las aldeas y pueblos.

Pero diré más, si creen que es tan sencillo vivir del campo les animo a que se hagan emprendedores y den alguna explotación de alta, con todos los permisos y requisitos en regla….

En esto la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia tiene mucho que decir.